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sábado, 2 de junio de 2007

El problema no es que nos mientan... el problema es que les creamos


Stephen Glass con menos de 30 años ya era considerado un fenómeno del periodismo.Sus artículos ocupaban la página delantera del prestigioso periódico americano New Republic y escribía para reputadas revistas como Rolling Stone o Harper.Glass sabía lo que sus jefes querían , lo que sus artículos necesitaban para ser reconocidos por los más exigentes periodistas. Sus redacciones originales en donde lo humano primaba sobre lo técnico donde los detalles sobresalían frente a los grandes acontecimientos le convirtieron en un conocido periodista. Sabía como contar pequeñas historias de gente anónima y convertirlas en noticia. Lo que no sabía Glass es que en el periodismo, como en la vida, la mentira finalmente es siempre descubierta.

El precio de la verdad o Shattered Glass(su nombre original) basada en hechos reales cuenta la vida de un joven periodista de 24 años, Steven Glass. Su hazaña; falsear más de la mitad de los artículos que escribió en las páginas del periódico americano New Republic durante los años 90. En concreto, 27 de 41. Inventó lugares, personas, sucesos,como si del mejor novelista se tratara.También organizaciones y entidades.
Incluso llegó a inventarse artículos enteros.

Y todo ello acompañado de la propia creación de las fuentes: correos, faxes, notas y hasta una página web. Lo más sorprendente de todo;la manera en que sus mentiras pasaron una tras otra, los filtros de editores, correctores, amigos, y un equipo completo encargado de autentificar los contenidos publicados.Y es que lo primero que se nos viene a la cabeza tras ver la película es como pudoGlass engañar durante tanto tiempo con sus mentiras a tanta gente y a una revista tan prestigiosa.
La clave reside en las fuentes.

The New Republic verificaba la información de sus escritos mediante un estricto proceso.Como él mismo se encargó de explicar, en primer lugar, el autor se encarga de revisarlo.Después un redactor se encarga de repasarlo y el autor posteriormente vuelve a comprobarlo.A continuación se verifica, para que todos los datos del artículo se corroboren.Tras todo ese proceso un corrector lo vuelve a examinar, y un grupo de abogados repasan el texto por si se diera algún problema de tipo legal. Finalmente se lleva a maquetación, donde se crea la página tal y como se imprimirá. Por si no fuera suficiente, el texto pasará de nuevo al segundo redactor, al autor y al primer redactor. Tras pasar de nuevo por el corrector, llegará otra vez a maquetación.
El problema viene ahora: la comprobación de los datos se realizaba a través de las fuentes.Y estas fueron increíblemente inventadas por Steven Glass sin que pudiera demostrar su falsedad.

Trailer de la película

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